LA MEDICINA ORIENTAL


La tradicional visión oriental de la salud abarca la totalidad como punto de partida. reconoce al universo como un campo de energía y todo cuanto contiene como manifestaciones de la energía en diferentes forma. Aunque infinitamente variado, todo cuanto hay en el universo se relaciona; los seres humanos son parte íntima de su entorno, y dependen de él tanto como influyen en él. El principio fundamental de la medicina oriental es vivir en armonía con la naturaleza, y no tratar de adaptar la naturaleza a las necesidades de las personas.
La medicina oriental se basa en la observación de las personas y su respuesta al entorno durante miles de años. Sin el exhaustivo conocimiento anatómico, del que se dispuso mucho más tarde, la teoría oriental estableció du propio marco de trabajo para comprender cómo funciona el cuerpo y explicar los fenómenos naturales. El foco de atención se dirige a descubrir cómo mantener la armonía dentro del cuerpo y con el mundo externo.
Los chinos observaron la influencia del mundo natural y relacionaron la propensión de las personas a determinados tipos de enfermedades con las características de ese mundo natural.
Las emociones y los estilos de vida también se reconocieron como factores coadyuvantes de la salud y la enfermedad. Para estar sana una persona debe adaptarse continuamente a los cambios que se suceden, tanto dentro como fuera del cuerpo. De no hacerse estas adaptaciones, la enfermedad se manifiesta como una desarmonía dentro del cuerpo. La energía universal, llamada Ki, fluye dentro del cuerpo formando una matriz que liga los órganos vitales con todas las demás partes. En el tratamiento, el énfasis se pone en restaurar la armonía del Ki dentro del cuerpo. La tarea del médico tiene dos caras: interpretar la causa y luego aconsejar sobre el apropiado reajuste del estilo de vida, y encontrar los medios para restaurar las funciones del organismo.
El libro del  SHIATZU 

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