SIDDHARTHA

Tenía unos 15 años cuando descubrí a Siddhartha. El libro de Hermann Hesse llegó a a mis manos de la mano del hombre que unos años después sería mi marido. Era una época en la que todo estaba aún por descubrir y aunque por aquel entonces no acababé de entender demasiado bien lo que aquel libro llegaba a significar, si tengo la certeza absoluta de que  marcó  para siempre el resto de mi vida.
Entendí con gran alegría que en el mundo existían distintas realidades y estaba dispuesta a conocer y profundizar en cada una de ellas.
Descubrí el "OM", "la palabra por excelencia que Siddhartha podía enunciar sigilosamente en su interior, al aspirar, y siempre en silencio, y emitirla luego al exhalar el aire, en un  recogimiento total y con la frente aureolada por los resplandores del espíritu reflexivo"
Quería escuchar  también las voces del rio.
"Todas la voces, todas las metas, todos los deseos, todos los sufrimientos, todos los placeres, todo el bien y todo el mal, todo eso junto era el mundo".
Y como no, estaba dispuesta también a empezar mi gran busqueda, a pesar de las palabras del gran Siddhartha.
- "Cuando alguien busca- dijo Siddhartha-, suele ocurrir que sus ojos sólo ven aquello que anda buscando, y ya no logra encontrar nada ni se vuelve receptivo a nada porque sólo piensa en lo que busca, porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo. Pero encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos".
Muchos años han pasado desde entonces, muchas voces he escuchado en el río, y muchas batallas he acumulado, hasta llegar a LA RESPUESTA.
Espero que esta historia, contada desde lo más profundo de mi corazón, aunque no acabéis de entenderla del todo,como me pasó a mi con mi querido Siddhartha, sirva por lo menos para haceros visible un trocito de mi alma.

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