EL ORIGEN DE LA ENFERMEDAD

El origen de toda enfermedad es psíquico y físico. Luis Chiozza

El origen de toda enfermedad es psíquico y físico. Luis Chiozza
Mens sāna in corpore sānō dice la cita latina que proviene de las Sátiras de Juvenal (siglos I y II d.C.). Una mente sana en un cuerpo, o lo que es lo mismo, un cuerpo sano en una mente sana, viene a demostrar lo que la medicina integrativa defiende: que los factores mentales y emocionales regulan la salud física a través de un sistema de conexiones neuronales, hormonales e inmunitarios; así como el cuidado del cuerpo influye en un mayor bienestar emocional.
¿Por qué nos enfermamos? Como seres mortales que somos la enfermedad forma parte del proceso natural, pero no todos los individuos la experimentan de la misma manera. Hay quien muere sin más en un dulce sueño después de una vida longeva, otros sufren enfermedades crónicas y otros se enfrentan a una enfermedad grave y fulminante.
En occidente estamos aprendiendo poco a poco que mente y cuerpo son vasos comunicantes y como tal tenemos que analizarlo. Si bien sigue habiendo algunas reticencias desde la medicina convencional, hay cada vez más médicos y personal sanitario que se están acercando a un enfoque holístico.
Así lo entiende el psicoanalista argentino Luis Chiozza, que a sus 88 años y con una larga trayectoria a sus espalda , bien conoce del factor psicomático gracias a décadas de investigación y consultas.
“La enfermedad surge cuando hay un desequilibrio o deficiencias entre querer, poder y deber que son la estructura hepática y emocional profunda de toda vida humana que transcurre entre el querer, siempre relacionado con el corazón, el poder, con el hígado y el deber, con el cerebro. La inteligencia emocional combina corazón y cerebro pero sin olvidar la capacidad hepática”.
En este sentido el doctor explica que cualquier enfermedad no es independiente de las circunstancias que en ese momento este pasando la persona a través de problemas de diversa índole (en el trabajo, la familia, la relación con los hijos…) pues los conflictos pueden servir de desencadenante “Se enferma porque tiene una crisis en el conjunto entero de su vida y la enfermedad es una especie de intento de solución muchas veces”.
Por el contrario si “una persona vive de una manera más saludable, con un mayor bienestar de vida, con menos conflictos, evidentemente esto influye”.
Es por ello que Chiozza recomienda el psicoanálisis en distintos periodos de la vida como forma de higienizarse. También cuando se desencadena la enfermedad apuesta por un enfoque multilateral de cuerpo y mente.
“Hay pacientes que, por ejemplo, no están haciendo ningún tratamiento psicoterapéutico y dentro de una enfermedad grave uno se da cuenta de que para que esa enfermedad evolucione bien no solamente es necesario lo higiénico dietético, no solamente es necesario la terapia farmacológica, fisioterápica, sino que también es necesaria una psicoterapia”.
Antes de que esto suceda el doctor apela por encontrar un sentido de la vida para mantener la energía vital intacta, es decir aquellas cosas que nos motivan para seguir en movimiento.
Tal y como explica “uno vive para algo que le da valor a su vida y para alguien. Solo se encuentra sentido a la vida en la relación con las personas que nos importan, entre las que hay que incluir a los enemigos porque muchas veces vivimos para aniquilar a ese enemigo. El amor no se puede entender sin el odio. Hay odios que curan y amores que matan”.
Como se ha demostrado en algunos estudios científicos el sistema inmunitario tiene una enorme influencia en el desarrollo de enfermedades, y así una deficiente vida anímica puede debilitar el sistema inmune.
La tesis de Chiozza es defendida por otros doctores de prestigio gracias a los estudios que se están haciendo en este campo. Por ejemplo, el doctor Pere Gascón, oncólogo del Hospital Clínic argumenta que “Cada vez tenemos más evidencias de que cuando una persona sufre estrés crónico, de meses –por la muerte de una persona que te rompe la vida o la pérdida de un hijo–esas emociones conducen a un estrés en el que se liberan citoquinas inflamatorias, sustancias que crean un ambiente proinflamatorio del que no se es consciente. Esto lo hemos visto en personas de 50 y pocos años que pierden el trabajo y año y medio después les surge un cáncer”.
Cristina Grao Escorihuela
Redacción

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